Aparece una vigésima bomba de la Guerra Civil en este año

La desenterró en una obra de La Florida el operario de una excavadora. En dos meses se han hallado tantas como en 2007.
Estos son los trece explosivos que aparecieron recientemente en la excavación de una obra en Oviedo.
Estos son los trece explosivos que aparecieron recientemente en la excavación de una obra en Oviedo.
Estos son los trece explosivos que aparecieron recientemente en la excavación de una obra en Oviedo.

En lo que va de año, ya han aparecido en Oviedo 20 explosivos  de la Guerra Civil que no detonaron y quedaron enterrados. Ya son  tantos como los que aparecieron en todo el año pasado. La última se encontró el miércoles al excavar en una obra del barrio de La Florida, pero la estadística se ha disparado porque en otra construcción se encontraron, recientemente, 13 al mismo tiempo.

Según va creciendo la ciudad y ocupa zonas nuevas, las obras de construcción en desentierran explosivos y artefactos sin detonar de la guerra. Aún hay que tratarlos con el máximo cuidado. La Policía Nacional se hace cargo de ellos y son los Técnicos Especialistas en Desactivación de Artefactos Explosivos (TEDAX) los que los hacen detonar para destruirlos.

El artefacto hallado en La Florida fue localizado el miércoles pasado por el operario de una excavadora. Estaba removiendo tierra en una obra cuando vio algo  parecido a una bomba. Era una granada de mortero de 85 milímetros.

Un poco de historia

En la capital asturiana, la Guerra Civil terminó el 17 de octubre de 1937, cuando la columna gallega del teniente coronel Teijeiro rompió el llamado «cerco a Oviedo». Era la línea en torno a la ciudad que mantenían tropas republicanas, ya que la capital se había colocado en el bando franquista. Oviedo quedó arrasada y se tardaron lustros en reconstruirla.

Ahora aún aparecen restos de la contienda, que fue especialmente encarnizada. No es memoria histórica, es la historia misma que se desentierra de las entrañas de la ciudad.

Patata explosiva en los dominicos

Apareció en abril de 2007 dentro de un saco de patatas comprado por el dueño de un bar de la zona de Santo Domingo. Su propietario sacaba los tubérculos cuando se encontró uno «extraño» por su forma y peso. Era una granada de la II Guerra Mundial. Había sido confundida con una patata y viajó desde el sur de Francia hasta uno de los barrios de la capital asturiana. La Policía Nacional y los medios de comunicación la bautizaron como «patata explosiva».

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