Los padres valencianos que sufren agresiones de sus hijos están venciendo el tabú que hasta hace poco tiempo rodeaba este problema, y cada vez denuncian más las conductas violentas. Así lo atestigua el estudio Violencia intrafamiliar: Menores que agreden a sus padres, desarrollado en varios países de Europa y que recoge 150 casos denunciados en la Comunitat.

La coordinadora del proyecto, Rosario Rico, asegura que actualmente «se registran siete veces más denuncias que hace cuatro años», aunque «creemos que hay más casos». El perfil del agresor corresponde a un chico de edad adolescente y preadolescente de una familia de clase media y alta. Una vez denunciado el caso, hay equipos de psicólogos y las penas van desde libertad vigilada a trabajos en beneficio de la comunidad, aunque aún faltan recursos.

5 PREGUNTAS A...

Vicente Garrido. Profesor de la universitat

1.- ¿Por qué se da esta conducta tan violenta a edades tempranas? Hay dos elementos: la psicopatía, que es un componente más impulsivo, y el carácter del niño, que puede mostrar insensibilidad emocional, baja receptividad al castigo... Esto explica que teniendo unos padres estupendos se den estas agresiones en la adolescencia.

2.- ¿Qué papel juega la familia? Su falta de control dispara el efecto de los dos factores anteriores. Ahora ya no hay represión de la violencia en el ambiente, sino modelos que la fomentan y también el egocentrismo, y menos tiempo para la educación en familia. Hay falta de valores, de códigos...

3.-  ¿Dónde cree que está la solución? En la prevención. No hay que caer en el error de los padres que han creído que comportamientos crueles, irracionales o de distanciamiento desaparecen con el tiempo. Es mejor abordarlos a los 8 que a los 15 años, cuando el chaval ya mide 1,80.

4.- ¿Seguirán aumentando los casos? Sí, cuantos más jóvenes crezcan en un ambiente que atenta contra su autoestima, recurrirán a la violencia.

5.-  Ponga un ejemplo de alguno de estos factores... El fracaso escolar. Este problema puede generar adultos violentos. Los padres no deben renunciar a su autoridad.