En su nuevo disco, Luz Casal no pierde la esencia fundamental de su música: el rock. Pero las once canciones de Vida tóxica están llenas de melodías tranquilas, poética y mensajes optimistas. Entre los beneficios que posee la música está el de la curación: Luz Casal es el ejemplo personificado.

Un cáncer interrumpió la gira de su anterior disco, Sencilla alegría. Ella, empujada quizá por la enloquecida fuerza del desaliento que pregona Ángel González en uno de sus poemas, comenzó a componer, a escribir, a trabajar. Apenas nueve meses después, Luz reaparece con Vida tóxica, el disco más poético de su trayectoria. Dos emotivas cartas colgadas en su web bastaron para explicar la situación a su nutrido grupo de seguidores y tranquilizarlos.

Consciente de que su enfermedad la han vivido, la viven y, desgraciadamente, la vivirán miles de personas, Luz Casal eligió el camino del respeto y del trabajo. En Vida tóxica también hay lugar para las versiones de otros temas, pues en este disco confluyen varias vertientes que la artista ha ido cuidando a lo largo de los años.

* Pabellón de Deportes de Calasparra. Mañana, a partir de las  22.00 horas. Las entradas cuestan de 10 a 13 euros.

26 años de grandes discos

La artista gallega Luz Casal publicó su primer álbum en 1982. No fue hasta el tercero cuando alcanzó la fama con la canción Rufino. En 1989 publicó Luz V, que contenía algunos de los temas más aplaudidos por el público: Te dejé marchar o No me importa nada. Además de triunfar en España, es una de las cantantes españolas con más éxito en Francia.