Casi la mitad de quienes subsisten en la calle en Granada tienen menos de 35 años

La imagen del vagabundo anciano, desaliñado y pegado a un cartón de vino está pasando a la historia. Nuestra realidad social cambia y con ella, el perfil de los que no tienen hogar en Granada. «Hace varios años que se nota un proceso de juvenización en este colectivo», asegura a 20 minutos Roberto Peña, coordinador del centro de acogida Luz Casanova de la capital.

De hecho, en torno al 40% de las personas que han pasado en los últimos dos años por este albergue tenían menos de 35 años. La presencia femenina también sube. Aunque aún son minoría, ya suman casi el 15% de las atenciones que realizan los distintos centros sociales de la ciudad.

En 2007 pasaron por el centro Luz Casanova (sólo para hombres) 1.077 personas diferentes; 22 menos que el año anterior. Sin embargo, a diferencia de lo que ocurre en otros albergues de este tipo, en el de Granada no existe un tiempo máximo de estancia. Los usuarios pueden integrarse en algunos de los programas formativos que ofrecen y recibir atención durante meses.

La mitad de las personas que utilizaron el año pasado este servicio fueron españoles y la otra mitad, extranjeros, entre los que predominaron los llegados de los países del Magreb.

Factores determinantes

Entre los factores que predisponen a estas personas a acabar en la calle, Roberto Peña señala la gran movilidad que exigen algunas profesiones (temporeros, camareros, feriantes...) y el hecho de no haber tenido nunca una vivienda en propiedad. Motivos personales como las adicciones o algunas enfermedad agravan aún más estas situaciones.

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