Un nuevo testigo ha explicado al diario 'El Periódico' que el monje de Montserrat Andreu Soler abusó de él después de sufrir un cáncer de huesos entre los 13 y los 15 años y de haberse intentado suicidar.
A Raúl P. le habían amputado una pierna y se sentía marginado por su entorno. Sufría una grave depresión y le presentaron a Soler para animarlo cuando tenía 19 años.
El monje, según su relato, le tocó los genitales y él se apartó. Después le cogió la mano y la posó sobre los suyos. El joven se volvió a apartar. Soler dijo entonces: "Al final siempre haceis mismo" y se masturbó delante de él.
Raúl P. no lo explicó a nadie, pero volvió a intentar suicidarse después de aquello. Es el noveno testigo público contra el mismo monje.
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