El tunecino Nacer Khemir ha hecho sólo tres películas desde 1984 (debutó con Los balizadores del desierto).
Poeta y escultor, afirma su devoción por estas disciplinas en un filme que festeja el sufismo, la rama más hermosa del islam, la que no impone nada, la que pide que lleguemos al trance, a la felicidad, a la búsqueda de uno mismo a través de la meditación, la danza y las canciones.
Los paisajes son arrebatadores y la historia del príncipe que se ensimismó en una charca buscando su alma y recorriendo ciego después las inmensas arenas (la fe no necesita caminos) con su nieta es fascinante, enriquecedora.
Como un cuento de Las mil y una noches.
Francia-Túnez, 2005 / 98 min / Dir.: Nacer Khemir / Int.: Parviz Shahinkhou, M. Hamid / Estreno previsto: 7 marzo
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