¿Cuántos directos se han programado en 17 años?

Uf, no tengo ni idea. Pero si calculamos 8 meses de programación a una media de 5 ó 6 conciertos al mes, multiplica, salen más de 800.

¿Siempre estuvo clara la idea de ser un bar musical?

Sí, la verdad es que sí. Somos un equipo y a los tres nos gusta la música. Además, el espacio nos permite contar con un buen aforo para traer a gente interesante.

¿Cuál es el secreto para mantenerse tanto tiempo?

Lo importante es tener afición. Si fuera por cuestiones económicas, hacía mucho que no organizaríamos conciertos porque, realmente, no se gana dinero. El secreto es que nos gusta la música.

¿El España se ha consolidado como sala musical?

Yo creo que sí. Ofrecemos una continuidad y eso es lo importante. Hemos creado el hábito de venir a escuchar música en directo. Por eso funcionan ciclos como el de jazz con músicos de la ciudad.

¿Cuál es el mejor concierto que recuerda?

Tengo muchos. Tete Montoliu, Chano Domínguez con Marta Valdés, la grabación de Krahe...

¿Y el peor?

La peor noche que recuerdo fue la primera con Tete Montoliu. Se nos inundó el bar, aunque al final se arregló y pudo tocar.

Bio

Tras 17 años programando conciertos, no ha perdido la ilusión. Le encanta el jazz y toca la guitarra, la flauta y, a veces, el piano.