En algunas ocasiones, los espectadores de Cuatro pueden observar a la primera si la elección de comensales del equipo de First Dates ha acertado o no. En el caso del programa de este miércoles, desde el primer minuto de cena se vio que la conexión especial que había entre Esther y Luis era palpable.

Ella llegó al programa de Carlos Sobera buscando "un chico más alto que yo, moreno y con tatuajes". Primer objetivo cumplido. Y es que Luis, aparte de ser más alto que ella y moreno, miraras por donde le miraras, tenía la piel decorada. "Me empecé a tatuar a raíz de la separación de mis padres. Quería para explicar las cosas de mi vida en la piel", explicó el madrileño. "Hay dos que son muy especiales, uno de El Rey León y otro en el que pone Wild (salvaje en inglés) porque me considero así por mi forma de vivir y de disfrutar de la vida. No me gusta pensar en los problemas y siempre voy hacia adelante", admitió el madrileño.

La cena transcurrió entre los constantes piropos que lanzaba Luis a una sonriente Esther, feliz por la pareja que le habían elegido. "Me hizo reír durante la cena y para mí, eso en un chico es esencial", admitió la madrileña. Ella le preguntó por todos sus tatuajes, que empezó a enumerar: "Tengo mis iniciales en varios lugares, tres golondrinas, dos estrellas, un ojo en homenaje a mi bisabuela, los nombres de mis padres y uno que me tapé", reconoció. Esther le preguntó que ocultaba: "Me hice un gnomo que estaba sentado con una palmera, pero me lo quité porque parecía que la palmera le salía del culo", confesó entre las risas de ambos.

Tras hablar de sus anteriores relaciones, Esther le preguntó muy seria que, si le gustaría casarse, Luis, boquiabierto le preguntó: "¿Ahora?", y entre risas la de Carabanchel le dijo que ella no tenía idea de pasar por el altar ya que "si lo hago, seguro que me divorciaría a los dos o tres años", admitió. Al final, ambos decidieron tener una segunda cita para seguir conociéndose y ya hablaría de boda en otra ocasión.