Los habían anunciado hace más de un año y, al final, el pájaro está en su nido. Un helicóptero sobrevolará de inmediato las carreteras más conflictivas de la región -nacionales y autovías sobre todo-, atento a las posibles infracciones que cometan los conductores. El segundo equipo -actualmente en formación- se unirá a los vuelos en agosto.

Con un sistema de vídeo y un potente estabilizador se fijará en la imagen a los vehículos que sean cazados cometiendo una pirula y se los perseguirá, sin perderlos de vista (para que sirva como prueba) hasta que el zoom se acerque y registre la matrícula.

No sólo eso, en breve se le añadirá al equipo

Los helicópteros tienen tres horas de autonomía, de manera que no estarán operativos a todas horas. Volarán a una altura de 300 metros, con lo que, aunque son visibles por los conductores, no se distinguen ni siquiera sus colores.

Será difícil saber si se trata de los vuelos de la DGT o de cualquier otro tipo. De manera que, a partir de ahora, merece la pena levantar el pie y no pisar la línea continua si vemos un helicóptero sobrevolando nuestro coche.

El helicóptero viaja a 280 km/h, sirve también como instrumento de auxilio y protección civil o para coordinar el tráfico en fechas señaladas. La tripulación: piloto, técnico y operador de vídeo (con el jefe, 2 pilotos de reserva y un operador de mantenimiento en la base).

Se une a los 73 radares que hay en los 30.000 kilómetros de carreteras de la región y a los 23 que se instalarán a lo largo de este año. Sobrevolará las seis zonas de circulación más conflictivas (las que marquen las respectivas comisiones provinciales de tráfico).

Además, se divulgarán las imágenes a través de los medios de comunicación. Se potenciará así el trabajo que se viene realizando con 40 campañas anuales de control del cinturón, o de alcoholemia. Todo para evitar los 70 muertos en las vías de la región de los últimos tres años.