El 15% de los contratos a jóvenes en la comunidad no duran ni seis días

  • Unos 353.000 no trabajaron una semana durante 2007.
  • 226.000 encadenan empleos en la misma empresa.
  • El 85% del empleo joven es temporal.
Ruth trabaja esporádicamente de azafata a la vez que estudia Arquitectura (FOTO: J. PARÍS)
Ruth trabaja esporádicamente de azafata a la vez que estudia Arquitectura (FOTO: J. PARÍS)
JORGE PARÍS
Ruth trabaja esporádicamente de azafata a la vez que estudia Arquitectura (FOTO: J. PARÍS)

Restaurantes que contratan a sus camareros por horas, empresas que despiden a sus trabajadores los viernes para cogerles de nuevo los lunes y organizadores de eventos que llaman a sus azafatas sólo los fines de semana.

La legislación laboral permite a los empresarios desarrollar trucos para evitar los costes de tener trabajadores fijos. El resultado: 352.867 de los 2.411.000 contratos firmados en 2007 por los jóvenes madrileños (18-29 años) tienen una duración menor de seis días, lo que representa el 14,6% del total, según datos presentados ayer por UGT.

"La juventud trabajadora se encuentra en constante proceso de entrada y salida del mercado labora", lamenta Marta Robledo, secretaria de juventud de UGT. El 85% del empleo joven es temporal (2.049.788 contratos en 2007) y, de ellos, el 58,2% no superan los seis meses. El 15,9% de los trabajadores temporales firman por obra y servicio, un acuerdo laboral sin duración determinada.

Los sectores más afectados por la temporalidad extrema son la construcción, la hostelería y el gran comercio, que se nutren de ETT para buscar trabajadores.

Ruth Otero, azafata de eventos

"HAY EMPRESAS QUE SON UN TIMO"

Ruth estudia Arquitectura y en sus días libres, sobre todo, fines de semana, trabaja de azafata "en eventos, ferias y promociones"; con contratos de tres meses como mucho. "Lo bueno es un trabajo flexible, porque lo puedo compaginar con los estudios y hay mucha oferta", comenta Ruth, que lleva "cuatro años aprovechando estos trabajos para sacar un dinero".

El lado negativo es la inestabilidad: "Normalmente te llaman ellos, pero hay veces que tengo que llamar yo. Hay meses en que no dan señales de vida. Para mí no es un gran problema, porque estoy estudiando, pero otra persona así no podría vivir; como mucho, podría sobrevivir durante un tiempo", explica. Además, entre las agencias con las que ha trabajado se ha encontrado con "algunas que son un auténtico timo: si no insistes, pueden pasar cuatro meses sin pagarte". "Casi todos los jóvenes han trabajado así alguna vez", concluye Ruth.

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