'Expiación', una producción británica en el reino del tío Óscar

Keira Knightley en 'Expiación'.
Keira Knightley en 'Expiación'.
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Keira Knightley en 'Expiación'.
Con las opiniones dividas entre la prensa pero con los avales del triunfo en los Bafta y los Globos de Oro, Expiación, la
quintaesencia de la sofisticación británica de 2007, opta a siete Óscar con el respaldo del éxito de su base literaria, escrita por Ian McEwan.
Pasado el auge de las exquisitas adaptaciones literarias de James Ivory -que llevó al cine a E.M. Forster, Henry James y Kazuo Ishiguro-, Joe Wright toma su testigo y arremete con un clásico reciente para su segunda película,
Expiación.

Tras filmar a Jane Austen en
Orgullo y prejuicio, vuelve a contar con su actriz fetiche, Keira Knightley, para esta historia hilada a través de una amor interrumpido por los
avatares personales e históricos antes, durante y después de la Segunda Guerra Mundial.

Así,
Expiación versa, en sus dos bloques muy diferenciados, sobre la irreversibilidad de las acciones, describe de una manera fiel, rítmica y original el cortejo amoroso y hace una hábil radiografía de las obsesiones infantiles.

Desde 1989, cuando venció
Paseando a Miss Daisy,
ninguna película ha conseguido el Óscar más importante del año sin tener a su realizador nominado, algo que, a priori, resta posibilidades a
Expiación, la única de las cinco finalistas que arrastra ese lastre, junto con el de ser una europea solitaria entre cuatro estadounidenses.

A pesar de su recaudación simplemente notable en Estados Unidos, con 47 millones de dólares, ha sido un gran éxito de taquilla en Europa y, especialmente, en Reino Unido, alcanzando así una cifra en el mercado internacional de 110 millones de dólares hasta la fecha.
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