Según datos recogidos por el Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE), organismo adscrito al Ministerio para la Transición Ecológica, entre el 25% y el 30% de las necesidades de calefacción de los hogares españoles son debidas a las pérdidas de calor que se originan a través de las ventanas de la vivienda. Un desperdicio inconsciente de energía que conlleva la subida inmediata de la temperatura en casa para no pasar frío y que, tal y como destaca la IDAE en su web, provoca un incremento del consumo de energía del 7% aproximadamente por cada grado que se aumenta.

Así, el invierno trae consigo un derroche energético que no solo afecta al bolsillo, el gasto indebido en calefacción genera daños irreversibles en el medioambiente que se pueden evitar sin grandes esfuerzos económicos.

Como pasar frío no es una opción (y la temperatura de confort recomendada dentro de casa es de 21ºC), lo mejor es hacer inversiones dentro del hogar que aseguren que el calor no se escapa a través de ventanas y puertas. Si bien algunas de estas medidas requieren obras (y un desembolso mayor), a largo plazo son medidas muy eficaces que no solo ayudan a ahorrar mes a mes, también aseguran un consumo responsable con el medioambiente y menos contaminante.

A menudo, a través de las ventanas y las puertas se escapa parte del calor residual del hogar y se lanzan emisiones al exterior. Es conveniente revisar que no haya filtraciones y, en caso de existir, contratar a un profesional que se encargue de ponerle solución, ya sea instalando un doble cristal o sellando con silicona los huecos.

Además, no hay que perder de vista que durante el día lo mejor es mantener abiertas las persianas para aprovechar la luz solar y que caliente la vivienda. Las paredes también deben estar aisladas correctamente, y, para ello, pueden ser de gran ayuda las pinturas térmicas, pues apenas requieren obras y tienen resultados rápidos (siempre y cuando el resto de elementos del hogar estén en buenas condiciones).

La tecnología está a favor del ahorro energético en el hogar. Así, los temporizadores y los reguladores actuales permiten controlar la calefacción sin necesidad de estar en casa. También sirven para establecer la temperatura media del hogar en periodos de tiempo determinados para que los radiadores o el aire acondicionado puedan empezar a trabajar una hora antes de llegar a casa y que esta esté cálida y acogedora. Del mismo modo, son grandes aliados nocturnos, ya que se pueden programar para apagarse una hora antes de irse a la cama y evitar así pasar frío o calor durante la noche. En estos casos, la instalación de reguladores y temporizadores requiere una obra menor que supone un gran ahorro energético.

Si tienen alguna ventaja los sistemas de geotermia con bomba de calor es que son capaces de reducir de forma considerable el consumo de calefacción y agua caliente sanitaria, dos de los aspectos en los que más se derrocha llegados los meses de invierno. Sin embargo, para disfrutar de este efectivo sistema térmico hay que realizar un estudio previo y grandes reformas en el hogar que pueden suponer en primera instancia un desembolso económico importante.

No obstante, hay que pensarlo como una inversión a largo plazo, pues se puede llegar a ahorrar hasta el 50% en las facturas de electricidad y gas y, además, al no realizar ninguna combustión, no despide CO2, siendo el sistema de temperatura más eficiente y responsable con el medioambiente.

De igual modo, antes de empezar ninguna obra es conveniente revisar las instalaciones de gas y de luz, así como estudiar y analizar si la potencia contratada es la que necesita la vivienda, ya que en caso de que no sea así, se estará pagando de más por un servicio que no se necesita.