Las viviendas y oficinas acaparan el 60% del consumo de materiales y de energía y la mitad de los residuos y contaminación que se genera en todo el planeta. Ante la actual crisis energética, cada vez son más los arquitectos que apuestan por la sostenibilidad al ejecutar sus proyectos.

Pero no hace falta ser un experto para conseguir una casa más respetuosa con el medio ambiente. Existen elementos que, si bien resultan entre un 10 y un 15% más caros que los tradicionales, nos ayudan a aprovechar los recursos naturales evitando gastos innecesarios a largo plazo.

A tener en cuenta

Orientación: Si se va a construir la vivienda, se debe elegir una orientación norte-sur. "En la fachada norte, la más fría, se harán ventanas más pequeñas para reducir la pérdida de calor en invierno", afirma José Manuel Riba, presidente de la Asociación para la Difusión de la Arquitectura Bioclimática. Al sur, por el contrario, los vanos serán mayores para permitir la entrada del sol.

Jugar con la luz: Si la casa ya está construida, el efecto de la luz en el interior se puede mitigar utilizando cortinas, persianas o toldos; o potenciar mediante pinturas claras y elementos reflectantes.

Distribución: Las estancias más utilizadas, como el salón, el comedor o la cocina, deben disponerse al sur y las que menos se pisen, en el lado norte de la casa.

Aislamientos: No debe faltar el doble acristalamiento con cámara de aire en todas las ventanas. En nueva construcción, las fachadas tendrán que disponer también de cámara aislante.

Agua: Dispositivos de ahorro de agua como las cisternas de inodoros de no más de seis litros y con descarga ponderada se pueden instalar en cualquier vivienda. También se puede colocar –o instar a la comunidad de propietarios a que lo haga– un depósito de recogida de aguas de lluvia para la descarga de los inodoros o para regar jardines.

Paneles solares: La energía fotovoltaica puede llegar a abastecer hasta el 60% del agua caliente sanitaria y la calefacción de un edificio.

Aparatos eléctricos: Se deberán integrar en la casa electrodomésticos y aparatos de bajo consumo energético, equipos de iluminación eficientes y, siempre que se pueda, sistemas domóticos que incluyan mecanismos como el control de presencia y el encendido del alumbrado en zonas comunes.

Materiales: Sea cual sea la obra, es necesario que la mayoría de los materiales usados sean de bajo impacto medioambiental y de fácil mantenimiento, que incorporen criterios de deconstrucción y ciclo de vida. Además de los tradicionales, como la madera y la piedra, se suele utilizar cerámica, hormigón ecológico y corcho triturado.

Según la zona

Temperatura: Antes de pensar en mejoras bioclimáticas, hay que conocer el entorno de la casa, como la temperatura en invierno y verano. Si hiela, habrá que potenciar los sistemas de calefacción y evitar los grandes ventanales. Si predomina el calor seco, hay que evitar la incidencia directa del sol en verano.

Humedad: Si estamos en una zona de lluvias, habrá que tener en cuenta la necesidad de una mayor ventilación en el hogar para evitar la condensación de vapor.

Viento: Es conveniente investigar la dirección del viento típico de la comarca. No es lo mismo que el viento afecte directamente a la fachada en pleno invierno a que una ligera brisa airee la casa en verano.

Altura: Si se trata de un piso, hay que tener en cuenta su altura dentro del edificio para potenciar el aislamiento en el techo (en áticos y buhardillas) o instalar una calefacción radiante en el suelo (bajos y primeros).