La localidad lucense de Villalba fue una de las afortunadas el 22 de diciembre de 2017, ya que el Sorteo del Gordo de Navidad dejó 520 millones de euros. Un año después, ¿cómo han cambiado las vidas de los agraciados?

Las cosas no han cambiado tanto: "Seguimos haciendo lo mismo que hacíamos. Más tranquilos, pero lo mismo", dice uno de los afortunados. ¿En qué se gastaron el dinero? Algunos lo repartieron "entre los hijos". Otros lo guardan "para la jubilación". "Dicen que a los cinco años se acaba todo, pero nosotros estamos agarrando para que no se acabe", dice otra agraciada.

En lo que sí se ha notado algo es en los coches. "Coches hay muchos nuevos", confiesa un vecino, aunque el sector dice que esperaban mayor movimiento. En lo que no hay duda es en la venta de Lotería: "Las primeras consignaciones las agotamos muy rápido, en verano", dicen desde la Administración que repartió el Gordo. "La pusimos en venta un lunes y el sábado ya se terminaron", dicen en el bar.

Eso sí, no son avariciosos: "Si toca a otros no pasa nada, la suerte hay que repartirla".