Por estos hechos, la Fiscalía solicita 17 años de cárcel por asesinato, mientras que la defensa pide la absolución al considerar que actuó en defensa propia o, subsidiariamente, una condena de dos años de prisión por lesiones ya que alega que el motivo del fallecimiento "nada tiene que ver" con los golpes que recibió la víctima, sino que únicamente sufrió heridas en la cara y murió en el hospital a causa de una infección grave. La familia del fallecido no ha presentado acusación.

Todo ocurrió el 22 de abril de 2014. El fallecido, de nacionalidad griega y de 30 años en el momento de los hechos, estaba en prisión por delitos de robo con fuerza y robo con lesiones en el centro penitenciario catalán de Brians II, desde donde fue trasladado a la cárcel de Picassent para asistir a otro juicio que tenía pendiente. Por su parte, el acusado, de 21 años en aquel momento, cumplía una pena de dos años por un atraco. Ambos compartían módulo en Picassent.

En el juicio, el acusado ha explicado que el día de los hechos mantuvo una pelea con el fallecido por la mañana en los baños de la cárcel porque le debía dinero, no le quería pagar y le estaba "vacilando". "Ahí dentro (en prisión), si dejas que se rían de ti van a venir todos a quitarte todo lo que tienes", ha manifestado.

Tras esa primera disputa, en la que ambos sufrieron heridas de poca gravedad, los presos continuaron con sus actividades habituales en la cárcel. Así, después de la comida, los internos regresaron a sus celdas, que en ese horario todavía permanecen abiertas. El acusado compartía celda con otro preso, pero ese día se encontraba en el hospital.

De este modo, ha relatado que fue a encenderse un cigarro y de repente el fallecido se metió en su celda y alguien les encerró juntos. En ese momento, sacó un punzón que llevaba atado a la muñeca y trató de agredirle, a lo que el acusado respondió sujetándole el brazo y golpeándole en repetidas ocasiones, hasta que su oponente cayó al suelo y se golpeó en la cabeza con una repisa. Ya en el suelo, el acusado dio al otro hombre varios golpes más.

Así lo ha contado el acusado, que ha asegurado que al fallecido le quitaron el punzón de la mano cuando estaba siendo trasladado por el resto de presos hasta donde se encontraban los funcionarios.

MURIÓ EN EL HOSPITAL

A consecuencia de los golpes y el que recibió en la cabeza al caer al suelo, el hombre fue trasladado al hospital con un traumatismo craneal grave, según el relato del fiscal, y acabó falleciendo el 19 de mayo de 2014.

En este punto discrepan el ministerio público y la defensa, dado que Fiscalía considera lo ocurrido merece ser calificado como asesinato y destaca además que el acusado continuó golpeando al hombre aun cuando ya estaba inconsciente en el suelo, mientras que el letrado defensor pide la absolución o una condena por lesiones, dado que sostiene que la agresión no fue el motivo final de la muerte, sino que fue una grave infección que "podría coger cualquiera con heridas si esa bacteria estaba en el hospital".

Además, el letrado ha argumentado que su representado "entró en pánico ante un veterano carcelario y solo respondió a las acometidas" del fallecido. En este sentido se ha pronunciado también el acusado, que ha afirmado que actuó por "miedo" e "instinto de supervivencia" ante un hombre "más mayor -cerca de diez años de diferencia entre ambos- y más fuerte". "Perdí el control", ha justificado a preguntas de su abogado.