«La situación está empezando a ser angustiosa». La frase es del secretario provincial de la Coordinadora de Organizaciones Agrícolas y Ganaderas (COAG ), Francisco Garrido, pero resume a la perfección el sentir mayoritario en el campo cordobés ante la sequía.

Todos los expertos consultados por 20 minutos coinciden en señalar que las consecuencias negativas de la falta de precipitaciones ya se están dejando notar en todos los cultivos con presencia en la provincia. Es por ello que entre los más de

Los datos justifican esta inquietud

Según informa la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG), los embalses cordobeses se encuentran actualmente al 34,4%, 11 puntos por debajo del volumen que tenían hace un año. Sólo los pantanos jiennenses presentan una situación peor, con un 20,8% de agua embalsada.

La presa de Puente Nuevo, que surte a una parte del norte de la provincia, es la que tiene un menor índice de reservas, con apenas un 14,8%.

Por el contrario, el embalse de Bembézar cuenta con una situación desahogada, con un 69,8%. Todo ello fruto de las reducidas lluvias. Sólo un dato: en 2007 se registraron en Córdoba 488,3 litros por metro cuadrado, un 9% menos que en 2006.

Este bajo nivel de agua en los pantanos ha provocado que la CHG haya limitado considerablemente el riego de los cultivos, lo que pone en serio peligro a las cosechas de ajo, cereales y hortalizas, entre otros.

Piden ayudas económicas

A falta de que se realice un cálculo aproximado, las organizaciones agrarias resaltan que la sequía está originando ya fuertes pérdidas económicas.

Ante este panorama, tanto Asaja como COAG reclaman a las administraciones la puesta en marcha de líneas de ayudas directas para los productores. Todo ello debido a que aún son pocos los agricultores que tienen contratado un seguro que cubra posibles contingencias.

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