Toni Musal tiene esta profesión. Es una especie de psicólogo de mascotas. «Intento que se olviden de estas manías y que se adapten al entorno humano». Aún así, hay animales que sufren cambios de conducta o que incluso se deprimen o se vuelven miedosos, como pasa con los seres humanos.

Las manías se pueden solventar con una o dos sesiones, y la voluntad del dueño del animal. Con las depresiones, al igual que pasa en las personas, se tarda más.

El número de visitas a los etólogos va en aumento, según Carlos Pascual, veterinario, porque «los dueños quieren que sus mascotas se porten cada vez mejor».

No es manía sino una enfermedad...

Incontinencia urinaria: Es propia de animales mayores, no lo hacen por rabia sino por poco aguante.

Demencia senil: Los perros que suelen apoyar la cabeza sobre otros objetos y se quedan abstraídos pueden sufrir este problema.

Morderse la cola: Se debe a la falta de activación del sistema nervioso.

Perdida de plumaje: Puede existir en el ave un cuadro de ansiedad.

No come y apenas se mueve: Si es un gato, puede que esté deprimido.