Juzgan a una madre con Síndrome de Munchaussen por el intento de asesinato de su hija de 4 años

  • La mujer siguió administrando un medicamento a la menor, pese a que los médicos se lo habían retirado.
  • En la patología, el cuidador inventa síntomas falsos o los provoca, para que parezca que el niño sigue enfermo.
  • La Fiscalía pide cinco años de cárcel, retirada de la patria potestad y una indemnización de 15.000 euros.
Sede de la Audiencia Provincial de Cantabria, en Santander.
Sede de la Audiencia Provincial de Cantabria, en Santander.
EUROPA PRESS
Sede de la Audiencia Provincial de Cantabria, en Santander.

Una mujer acusada de un delito de asesinato en grado de tentativa sobre su hija de cuatro años explicó que siguió administrando un medicamento a la niña, pese a que los médicos se lo habían retirado, porque creyó que "eso ero lo mejor para ella, antes de no hacer nada".

"Entonces no creía que pudiera hacerle daño, sino todo lo contrario" testificó la acusada, que ha sido diagnosticada de Síndrome de Munchaussen por poderes, patología por la que el cuidador de un niño, generalmente la madre, inventa síntomas falsos o provoca síntomas reales para que parezca que el niño está enfermo.

La acusada añadió que, "a día de hoy", entiende que entonces "tenía un problema", porque, aunque ha reconocido que sí se fiaba de la opinión de los médicos que trataban a la niña, por otra parte "quería hacer algo para que la niña estuviera bien".

Prematura

En el juicio, que comenzó este martes en la Audiencia de Cantabria, la acusada, para la que la Fiscalía pide una condena de cinco años de prisión, privación de la patria potestad sobre su hija, además de una indemnización para la menor de 15.000 euros, por los daños físicos y los daños morales, la acusada relató que la niña, desde que nació de forma prematura, tuvo que ser hospitalizada multitud de veces por episodios de apneas y problemas cardiorespiratorios.

Hasta que a finales de noviembre de 2014, después de unos "meses muy buenos", tuvo que ser ingresada de nuevo y fue entonces cuando, según explica la madre, recetaron a la niña un "tratamiento experimental" (Tegretol 400), que apenas dos semanas después le fue retirado al no apreciarse ninguna mejoría y continuar con episodios de somnolencia .

Sin embargo, según reconoció la madre, siguió administrando el medicamento; y, tras varias entradas y salidas del hospital, la niña llegó a sufrir un "episodio de coma" (febrero de 2015), que la madre dice que nunca pensó que pudiera deberse a la ingesta del fármaco que continuaba tomando, porque "en esos momentos no veía las cosas como las veo ahora que llevó tres años en tratamiento psicológico".

"Veía la realidad de otra manera"

"Veía la realidad de otra manera y estaba convencida de que no estaba poniendo en riesgo a mi hija", reiteró la acusada, que también reconoció que "exageraba" los síntomas de la niña cuando acudía a los hospitales para que la niña fuera "atendida con urgencia e ingresada".

"Ahora se que es una visión no acertada, pero aunque los demás no estuvieran de acuerdo era mi forma de hacer algo para que la niña estuviese bien", insistió, apuntando que si en lugar de solo retirarle el medicamento lo hubiesen sustituido por otro "seguramente no hubiera seguido dándoselo".

Por su parte, el padre de la niña, con quien vive hoy la menor y que está separado de la acusada, relató que no supo lo que estaba ocurriendo hasta que, en marzo de 2015, cuando llevaron a la niña al hospital San Juan de Dios de Esplugues de Llobregat (Barcelona), se le sometió a una analítica y "nos dijeron que se le estaba administrando algo".

Servicios sociales

"Me metieron en una habitación y me dijeron que era su madre la que estaba haciéndolo", añadió el padre de la menor, agregando que la acusada "en una reunión con los médicos dijo que igual había hecho algo mal". Desde el hospital denunciaron lo que estaba ocurriendo y la menor pasó a estar custodiada por los servicios sociales de la Generalitat.

"Mi hija me llamó para decirme que les había quitado a la niña", explicó el padre de la acusada, que viajó a Esplugues, donde reconoce que se vio "sobrepasado" por lo que allí estaba ocurriendo.

"Yo la he considerado siempre una madre normal", añadió el abuelo de la menor, y relató que no habló con su hija de lo que ocurría porque le parecía "increíble" y pensaba que se trataba de "un problema médico".

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