Virginia, Maryland y Washington DC se volcaron el pasado martes con Obama y le dieron otras tres victorias, alguna de ellas con un margen más que llamativo, en las primarias demócratas. Estos triunfos le permiten cobrar una cierta ventaja, más simbólica que cuantitativa, sobre Hillary Clinton. El senador de Illinois lleva ocho victorias consecutivas desde el ‘supermartes’ y su candidatura no hace sino consolidarse con cada nueva cita electoral.

Pero el recuento de compromisarios aún deja margen a la competición. La suma de delegados (los elegidos en las primarias y los de asignación por el aparato del partido) otorga, según las previsiones, 1.223 para Obama y 1.198 para Clinton, que se la juega el próximo martes en Wisconsin y, sobre todo, el 4 de marzo. Ese día votarán  Rhode Island, Vermont, Ohio y Texas. Estos dos últimos aportan 161 y 228 delegados para la convención demócrata, por lo que si optasen por Obama, la carrera  quedaría casi resuelta.

Aunque la distancia en número de delegados no es significativa, lo cierto es que la opinión pública percibe la imagen de un aspirante al alza y otra a la baja. La candidatura de la ex primera dama se tambalea por los apuros en la financiación y lo pagan sus colaboradores: el lunes destituyó a su directora de campaña y, tras estas nuevas derrotas, el subdirector, Mike Henry, ha dimitido.

Entre los republicanos, McCain volvió a ganar en los tres territorios y ya ve próxima su proclamación: cuenta con 821 delegados y se necesitan 1.191. Su único rival, Huckabee, sigue en pie y, aúpado por el abandono de Romney, sacó un buen resultado en Virginia, pero remontar los casi 600 delegados de desventaja parece imposible.

¿Quién puede ganar a McCain?

La igualdad entre los demócratas ha provocado la pregunta: ¿quién puede ganar a McCain? Las últimas encuestas dan una ventaja a Obama de entre 4 y 6 puntos en un supuesto enfrentamiento con el republicano. Clinton, según estos sondeos, mantiene un empate técnico con McCain.