Un paseo entre vides y vinos en la campiña

Cañada navarro. El olor de las bodegas transmite ese aire de solera que llevan las tinajas donde se almacena el vino.
Cañada navarro. El olor de las bodegas transmite ese aire de solera que llevan las tinajas donde se almacena el vino.
Cañada navarro. El olor de las bodegas transmite ese aire de solera que llevan las tinajas donde se almacena el vino.
La particular ruta de copas por la campiña cordobesa continúa en uno de los lagares más carismáticos de la zona. El Lagar Cañada Navarro es una bodega ancestral, con vestigios de prensa de viga, utilizada en otras décadas y difícil de encontrar en la actualidad. En los años setenta se reformaron las instalaciones para modernizarlas, aunque conservan elementos con mucha solera. Este lagar está situado en las faldas del Cerro Macho, en el pago de Riofrío y Benavente. Su extensión de viñedos supera las 20 hectáreas, que tienen edades desde los seis hasta los 70 años. Sus cepas son de la variedad predominante en la zona, pedro ximénez, mezclada con otras de variedades conocidas, como la airén, montepila o la baladí. Desde 1994 la persona responsable de la cosecha es Santiago Jiménez del Pino, que mira por sus cepas como si fueran sus propios hijos. La finca cuenta con un sistema de fermentación de mostos con el tradicional sistema de rocíos, que consiste en la adición a cada tinaja de una pequeña cantidad de mosto a diario, para conseguir mantener de forma natural la temperatura de fermentación. En la visita se puede observar cómo se elaboran los caldos.
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