España es el país de Europa en el que fallecen más peatones por atropellos, según las estadísticas que acaban de hacerse públicas. Nada que extrañar, a tenor de lo que se ve cada día en nuestras calles. La mayor parte de esos accidentes se han producido, según los mismos datos, cuando los peatones irrumpieron en la calzada por lugares prohibidos o indebidos. No hay más que darse una pequeña vuelta por cualquiera de nuestras ciudades para corroborar que esto es plenamente cierto. A cualquier hora del día y de la noche aparece un ciudadano que, con una prisa injustificada, quiere cruzar por lugares inverosímiles, cuando no directamente peligrosos. Por desgracia, esa costumbre está tan arraigada que afecta incluso a personas que consideraríamos razonables y que incluso por su edad deberían ser más responsables. Siempre nos preguntamos qué prisa tendrán los españoles para poner su vida en riesgo a cambio de evitar un semáforo que lo retrasaría como máximo un minuto.