El pasado domingo se cayeron varios azulejos del techo de un baño de la primera planta del aulario sobre el retrete, «por suerte, no había nadie utilizándolo en ese momento», asegura Iván, uno de los usuarios.

Desde ese momento se clausuró el baño, «pero es que no es lo único que no funciona», comenta.

Además de los cristales rotos, de las grietas en la fachada, pintadas y de que el aparcamiento para 120 vehículos está en desuso, «hay multitud de ejemplos de abandono», según relatan los usuarios y pudo comprobar in situ 20 minutos.

Hay varias partes del muro exterior derribadas, urinarios y jaboneras sin reponer, por poner un ejemplo.

La universidad confirmó el último suceso del baño y creen que es cuestión de tiempo que mantenimiento acuda a repararlo. Sin embargo, aseguraron no tener constancia del resto de desperfectos que se citan.