El presunto cabecilla del ‘caso Guateque’ apunta a los concejales

«Sólo se adelantaban los expedientes que decían los políticos», dijo el imputado antes de acudir a dos careos en los juzgados.

«El concejal se lo pedía al director general, el director general a mi superior y mi superior a mí». Así explicaba ayer el presunto cabecilla del caso Guateque, Victoriano Ceballos, la trama de corrupción de licencias exprés en el Ayuntamiento de Madrid. Según el imputado, las órdenes para agilizar expedientes partían de los políticos.

Ceballos hacía estas declaraciones justo antes de presentarse en los juzgados de la Plaza de Castilla, donde acudía para mantener sendos careos con otros dos imputados en el caso: su superior directo en la Concejalía de Medio Ambiente, Joaquín Fernández de Castro (el señalado como número dos de la trama) y el ingeniero de Urbanismo David Jiménez López.

El imputado defendió que él cumplía órdenes y que sólo agilizaba las  licencias cuando lo pedía algún concejal:  «Sólo se adelantaban los expedientes que decían los políticos que se adelantaran. Ese poder no lo tenemos los funcionarios». Y aprovechó para criticar que el Ayuntamiento les haya dado la espalda: «Nos ha dejado solos y suspendidos de sueldo y empleo».

Contradicciones

Con el careo entre Ceballos y Fernández de Castro, el juez quería aclarar la filtración de una carta a un diario nacional en el que el segundo acusaba al primero de ser «el único chorizo» del caso.

El otro cara a cara, entre Ceballos y Jiménez, pretendía resolver las contradicciones entre sus respectivas declaraciones, referentes a una conversación entre ambos en la que hablan de repartir 6.000 euros por la licencia de un bar entre ellos dos y una funcionaria de Tetuán. Según Ceballos, el diálogo fue «una broma».

El presunto cabecilla ha dado munición al PSOE. Ayer, tras escucharle, el portavoz David Lucas señaló que la comisión de investigación servirá para «depurar responsabilidades políticas».

Un «chorizo» y un «bendito»

El juez juntó a Victoriano Ceballos y a su superior en Medio Ambiente, Joaquín Fernández de Castro, para que le aclararan el origen de una carta publicada en prensa en la que Fernández  acusaba a Ceballos de ser un «chorizo». Sin embargo, durante el careo de ayer, ambos desmintieron la veracidad de la carta. El supuesto autor de la misiva negó que él la hubiera escrito y el aludido aseguró que se trata de una «manipulación». Ceballos cree imposible que su jefe hubiera dicho aquello sobre él: «Joaquín es un bendito, no ha podido escribir esa carta».

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