Las guías turísticas de la región recogen desde los monumentos del Madrid de los Austrias hasta los valores paisajísticos de la sierra. Pero nunca muestran la cara oculta, la cara de la especulación.

Para dar a conocer el "modelo de desarrollo territorial insostenible que promueve la Administración", la Federación Regional de Asociaciones de Vecinos (Fravm) y Ecologistas en Acción fletaron ayer el Especulatour, dos autobuses con los que un centenar de personas recorrieron las zonas más afectadas por el ladrillo y los intereses empresariales.

Pelotazos por etapas

Cuatro torres.- La construcción de los rascacielos al norte de la Castellana, además de cambiar el skyline de Madrid, han servido para engrosar las arcas de Florentino Pérez (presidente de ACS y ex presidente del Real Madrid). Los vecinos critican el "trato de favor" del Ayuntamiento a las empresas privadas, al cambiar los usos de los terrenos para generar plusvalías con la operación.

Las Tablas.- Un inmenso barrio, con avenidas pensadas para los coches, sin comercios ni equipamientos públicos. Los vecinos del PAU de Las Tablas se quejan de vivir en una "ciudad inhabitable" y exigen la instalación de escuelas, centros de salud y comisarías. Tendrán que esperar hasta 2011.

Cierre de la M-50.- La Comunidad pretende construir 226 kilómetros más de carreteras hasta 2011, con el argumento de que mejorarán la movilidad. Pero Ecologistas en Acción cree que destruirán el medio ambiente y provocarán ruidos y contaminación. En concreto, el cierre de la M-50, en Torrelodones, afectaría a la cuenca alta del Manzanares y sería un reclamo para el desarrollo urbanístico.

Aeropuerto El Álamo.- Como si Barajas no fuera suficiente, la Comunidad planea la construcción de otro aeropuerto al sur de la región, como "regalo a las constructoras y urbanizadoras", según la plataforma que lo rechaza. Los residentes en la zona temen el ruido originado por el tráfico aéreo.

A bordo del autobús

Un centenar de personas se subió a los autobuses del ‘Especulatour’ y medio millar más esperaron su llegada en las cuatro etapas de la ruta. Entre ellos, había vecinos indignados al comprobar la destrucción de los barrios "de toda la vida", jóvenes preocupados por el acceso a un piso "por culpa de los especuladores" y ecologistas asustados ante la pérdida de zonas verdes bajo el ladrillo.