«Los chavales parece que vienen a la guerra en vez de a bañarse», manifiesta uno de los miembros del personal de seguridad, Alberto Vila, que asegura que esta semana han decomisado «varias tijeras, 16 cuchillos de cocina, navajas y otros utensilios cortantes».

Como ya adelantó 20 minutos la semana pasada, el personal que controla la seguridad de la piscina no da crédito a lo que encuentra en las mochilas de los chavales. Por este motivo se han visto obligados a instalar un detector de metales similar al de los aeropuertos para impedir que los bañistas accedan al recinto con objetos prohibidos.

Además, de estos objetos, el vigilante denuncia que ya han tenido que expulsar a varias personas de la piscina por intentar sustraer objetos de otros usuarios. Ayer, sin ir mas lejos, echaron a dos ciudadanos marroquíes por «alterar el orden público y molestar a los demás bañistas».