Según Daniel, las zonas peor adaptadas de Gijón se localizan en El Coto y en los barrios más antiguos, así como en los accesos a la playa: bordillos demasiado altos, zonas en las que sólo se puede entrar mediante escalera y calles demasiado empinadas son las mayores incomodidades para los que van en silla de ruedas.

Tanto para Daniel Gil como para Orlando Javier López (también socio de Aspaym) Gijón tiene una buena accesibilidad en general y sobre todo comparádola con otras ciudades españolas. «Viví varios años en Valencia y hace poco estuve en Burgos y estaban peor en este sentido» indica Orlando. Los barrios gijoneses que tienen las calles más adaptados para circular con silla de ruedas son, en opinión de los propios minusválidos, el Centro, La Calzada y Natahoyo.

En cuanto a los edificios públicos, la mayoría ‘aprueba' en accesibilidad, sobre todo las bibliotecas y el Ayuntamiento. Además, los discapacitados valoran muy positivamente que todos los autobuses tengan la rampa instalada, «aunque más de una vez esta falle y no se baje a ras de suelo», reconoce Orlando. Ven dificultades, eso sí, a la hora de pagar: «la rampa está en la puerta trasera, así que no podemos ir a pagar a no ser que le pidamos a alguien que pague por nosotros», señala.