Poco antes del fin de las clases. Fue más aparatoso que otra cosa. Un incendio declarado poco antes de que acabaran las clases, obligó a desalojar a los estudiantes y el resto del personal del instituto San Isidoro de Sevilla, localizado en pleno centro de la ciudad, concretamente en la calle Amor de Dios.

Hasta la zona se desplazaron hasta cuatro coches del cuerpo de Bomberos, lo que sobresaltó a más de un viandante de la Encarnación y la Campana, por donde accedieron hasta el edificio. Todo quedó en un susto.

La rápida actuación de los profesores evitó que el fuego llegara a más. Cuando los bomberos llegaron al instituto, el fuego ya se había extinguido y sólo tuvieron que airear la planta donde se originó (la segunda) para que desapareciera el denso humo que se había acumulado.

Todavía se desconocen las causas del fuego, pero no se descarta que el autor haya sido algún estudiante. El fuego comenzó en uno de los laboratorios, concretamente en uno de los cajones de la mesa del profesor.