Pero salir de rositas no es tan fácil como parece. Internet ofrece recursos para cazar a los tramposos. Programas gratuitos como el Antiplagio de EducaRed, Turnitin o Copycatch, permiten localizar e identificar documentos plagiados a partir del análisis de diferentes fuentes.
Los profesores están atentos. «Sabemos hasta dónde puede llegar un alumno y si el trabajo lo ha hecho él o lo ha copiado», señala Gumersindo Rodríguez, presidente de ANPE.
El avance de las nuevas tecnologías hace imparable el aprovechamiento de Internet como fuente de consulta. El problema es cómo se utiliza. José Luis García, responsable de Enseñanza de CCOO dice que los docentes son conscientes de que existe plagio y por ello piden a sus alumnos que elaboren la información, expliquen lo que han escrito, ordenen datos, citen fuentes...
Los trabajos existen, pero cada vez tienen menos peso en la nota final. Los profesores están cambiando su forma de evaluar. «Lo más importante es la evaluación contínua en clase, con trabajos y exámenes que puede controlar el profesor», apunta el responsable de ANPE.
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