El antiguo Mercat de l'Abaceria, que durante décadas ha funcionado en el distrito de Gracia, será remodelado. Pero mientras se realicen las obras en su sede original, ubicada en la Travessera de Gràcia, el tradicional mercado de abastos se trasladará al Passeig Sant Joan, a pocas calles de distancia, entre las calles Sant Antoni Maria Claret e Indústria.

La carpa provisional ya instalada cuenta con 56 paradas comerciales, de la cuales 43 son alimentarias y 13 no alimentarias. La inversión de esta construcción temporal de 1.900 metros cuadrados ha sido de 3.2 millones de euros, según el Ajuntament de Barcelona.

Ante el cambio, el entusiamo de los comerciantes y de los vecinos es compartido. Todos coinciden en que las instalaciones del Mercat de l'Abaceria "se habían quedado paradas en el tiempo" y que una remodelación era "necesaria". En los útimos días se han visto por el mercado muchas paradas cerradas así como clientes que se despedían de sus tenderos de confianza durante años porque se les hará más difícil trasladarse hasta la sede provisional o personas que no son del barrio, pero que querían ver el histórico mercado por última vez.

Sin embargo, no todos los comerciantes han optado por la continuidad, por seguir en el emplazamiento de Passeig Sant Joan mientras se remodela el mercado. Para algunos, el cambio ha significado la jubilación por no poder contar con el aval bancario que les permita realizar la inversión de reforma de su parada, como han trasladado a 20minutos.es.

Eduardo Ampolla, de 55 años, es comerciante del mercado y para él el cambio era sin dudarlo "necesario". Cree que el mercado nuevo provisional se está haciendo muy bien, aunque el traslado "es un poco precipitado porque nos han hecho correr mucho para montar las básculas y las luces, y así poder empezar". Han tenido que correr, asegura, pero por otra parte se muestra "muy ilusionado" porque cree que se podrá "trabajar muy bien" en el recinto provisional. Y espera que las clientas "no nos dejen porque estaremos muy cerca, que nos vayan a ver", les dice.

Ana Jiménez, de 73 años, es una de esas clientas históricas que está convecida de que el mercado tenía que remodelarse pero que a su vez no esconde que "quizás, la ubicación provisional del mercado me afecte personalmente porque lo tendré muy lejos y tengo dificultad para caminar". No obstante, espera que con el cambio todo sea mucho mejor: "Habrá paradas nuevas, más grandes y más lujosas".

A continuación, se muestran otras opiniones de comerciantes y clientes en las que se refleja su acuerdo unánime por la remodelación del Mercat de l'Abaceria:

Teresa Lluis, 70 años, clienta. "El traslado provisional y renovación del mercado está muy bien porque hacía mucha falta. El mercado como es ahora está obsoleto. Está muy viejo. Estoy de acuerdo con que se modernice, con que las paradas estén más uniformes, más higiénicas, y con que haya aparcamiento".

Sara Barrios, 60 años, comerciante y vecina. "Como comerciante del mercado, para mí ha siginifcado el fin de mi trabajo. Tengo 60 años, 23 en este mercado, y para hacer la parada nueva se necesita de inversión. Con esta edad ya no te avalan los bancos. Por otro lado, como vecina, me parece muy bien porque el mercado tiene que modernizarse. Será un bien para el barrio".

Carlos Rig, 60 años, cliente. "Me parece que el cambio ya tocaba. La imagen que daba el mercado no era la correcta, y era algo que se tenía que hacer y espero que lo hagan cuanto antes. Sin embargo, ir al mercado provisional me afectará en cuanto a distancia pero por la remodelación del antiguo valdrá la pena".

Toni, 64 años, comerciante. "Los comerciantes estamos a favor. Esto se hace porque se ha votado para que se haga. Es un mercado de 125 años y ahora no tiene las condiciones que tendrá el definitivo. De momento estaremos en el provisional, pero solo será por un tiempo hasta que se reconstruya el mercado de toda la vida y con las condiciones que actualmente se requiere".

Cuando se esperaba que para el año 2020 la remodelación del centenario Mercat de l'Abaceria esté culminada, el Ajuntament de Barcelona ha informado que ese año recién empezarán los trabajos porque a la fecha ni siquiera ha comenzado la licitación del proyecto. Lo que sí está confirmado es el derribo de las antiguas instalaciones para este otoño, que luego serán tapiadas para evitar su ocupación o destrozos.