A prisión una joven acusada de matar a su hermanastro en Águilas

  • La presunta agresora, de 18 años y nacionalidad brasileña, había discutido con la víctima.
  • Según testigos, la pelea se originó durante una partida de cartas.
La joven de 18 años acusada de matar a su hermanastro de 27 con un cuchillo de cocina en Águilas (Murcia), es conducida por agentes de la Guardia Civil, tras declarar ante el juez del juzgado número 4 de Lorca.
La joven de 18 años acusada de matar  a su hermanastro de 27 con un cuchillo de cocina en Águilas (Murcia), es conducida por agentes de la Guardia Civil, tras declarar ante el juez del juzgado número 4 de Lorca.
MARCIAL GUILLÉN / EFE
La joven de 18 años acusada de matar a su hermanastro de 27 con un cuchillo de cocina en Águilas (Murcia), es conducida por agentes de la Guardia Civil, tras declarar ante el juez del juzgado número 4 de Lorca.

El Juzgado número 4 de Lorca decretró prisión provisional por un delito de homicidio para la joven brasileña de 18 años acusada de matar este fin de semana a su hermanastro, de 27, con un cuchillo de cocina en Águilas (Murcia).

La joven, Ágata, pasó este lunes por la mañana a disposición del Juzgado número 4 de Lorca (Murcia) en funciones de guardia, a las puertas del cual, entre sollozos y repitiendo, "Yo no quería", la esperaban su novia y otros familiares, que dijeron a los periodistas que la presunta homicida recibió una paliza de la víctima, de nombre Wellington, también brasileño, que llegó a dejarla inconsciente.

Los hechos ocurrieron en la tarde del pasado sábado en una vivienda del camino del Romeral del paraje de El Cocón de Águilas, en la que pasaban el fin de semana la detenida, el fallecido y otros familiares, entre ellos un niño de cuatro años. Según relataron los familiares de la detenida a las puertas del juzgado, el suceso se desencadenó tras una discusión por trampas durante una partida de póquer.

El cuñado de Ágata, que prestó declaración como testigo de los hechos ante el juez y que no quiso desvelar su identidad a los medios, contó que todo se inició "como una discusión entre hermanos" por una partida de cartas durante la sobremesa en la casa de El Cocón.

Según su relato, la novia de Ágata terció en la disputa pidiendo al hombre "que se callara", y, en respuesta, éste empujó a la detenida, que se golpeó la cabeza en el suelo de hormigón y entonces "comenzó la reyerta, la pelea. Siguió pegándole en el suelo y la dejó inconsciente".

"En defensa propia"

Cuando la chica perdió el conocimiento, el hermano entró en la casa para recoger sus cosas y marcharse, mientras los demás familiares intentaban reanimarla, dijo el cuñado, quien recordó que, tras recobrar la detenida la consciencia, también entró en la casa, cogió un cuchillo y le asestó una puñalada en el dormitorio.

Según el testimonio de este testigo, los familiares corrieron tras ella, pero, cuando entraron en el cuarto, la víctima estaba sangrando por una herida en el tercio superior del abdomen, que no impidió que siguiera golpeando a la chica, a la que llegó a manchar en la cara con su propia sangre, mientras la madre de ambos intentaba separarlos.

La pelea se prolongó durante "diez o quince minutos, mientras a él le quedaron fuerzas" y los familiares pudieron reducirlo. Además, intentaron taponarle la herida "con toallas mojadas", aunque para entonces el hombre "ya había perdido mucha sangre".

El testigo insistió en que defenderá a la joven "a muerte" porque "la conocemos, sabemos que no es capaz de hacer eso. Lo hizo en defensa propia".

También aludió a que la muchacha "no está bien", sin concretar si sufre un posible trastorno mental por el que tenía tratamiento farmacológico desde hace años por varios intentos de suicidio, comoapuntaron otros familiares.

Varios de ellos, que tampoco quisieron desvelar su identidad, mostraron moratones resultado del forcejeo que mantuvieron con ambos para separarlos durante la pelea, que se produjo en presencia de siete personas, entre ellos un menor de corta edad.

Ágata, a su llegada en un coche camuflado que la condujo al juzgado de Lorca, esposada y llorando, preguntó a sus familiares por su madre, que no se encontraba entre las personas que la aguardaban.

La víctima y sus familiares residían en Molina de Segura (Murcia).

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