24 colectivos de Gijón dicen NO a la regasificadora de El Musel

  • Pretenden concienciar a la ciudadanía sobre los peligros de esta planta.
  • Dicen que su explosión equivaldría a la de 100 bombonas por cada gijonés.
  • Además, aseguran que su ubicación contradice la legalidad vigente.
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Zona a la que afectaría un posible accidente.
Zona a la que afectaría un posible accidente.
R. A.
Zona a la que afectaría un posible accidente.

Al menos 24 organizaciones de la ciudad (entre ellas hay asociaciones de vecinos, partidos políticos y grupos ecologistas) presentaron de forma conjunta la plataforma 'Regasificadora no' . Su intención es concienciar a la población gijonesa sobre los múltiples peligros que trae consigo una fábrica como esa tan cerca de núcleos poblados. Creeen que aún están a tiempo de evitar que se construya una regasificadora en el Puerto de el Musel .

Tal como señaló su portavoz, Leo García, el peligro puede ser enorme, ya que en caso de que hubiera una explosión en los tanques habría almacenados unos 600.000 metros cúbicos de gas. Eso equivaldría, aproximadamente, a 100 bombonas de butano por cada gijonés. El problema, sin embargo, no acaba ahí: decenas, e incluso cientos de camiones cargados de gas (altamente inflamable) recorrerían a diario las calles de Gijón, multiplicando el riesgo de una explosión.

La ubicación de esta factoría es claramente ilegal, en opinión de 'Regasificadora no'. Según dicen, el Reglamento de Actividades Molestas, Insalubres, Nocivas y Peligrosas exige que haya al menos 2.000 metros de distancia con los primeros núcleos habitados, cosa que no se cumple en este caso (los barrios de el Muselín, Jove o Pescadores están a menos de un kilómetro). Otros informes incluso elevan esta distancia recomendada a al menos 5 kilómetros. En ese caso, prácticamente toda la ciudad, a excepción de la zona más oriental, estaría en un potencial peligro.

Pero no sólo existen problemas de seguridad, en opinión de estos colectivos. También se provocaría un serio daño ecológico a toda la bahía de Gijón. Tal como indican, el gas llegaría licuado (en estado líquido) a 160 grados bajo cero, y para volver a calentarlo se usaría agua de mar. "Esta se devolvería al mar al menos ocho grados más fría, causando un grave perjuicio al frágil ecosistema marino", dijo Leo Gracía.

Por estas y más razones, la plataforma 'Regasificadora no' intentará por todos los medios evitar la construcción de esta planta energética. Hasta el momento han recogido unas 2.000 firmas y repartirán 20.000 folletos informativos entre los vecinos.

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