Los jubilados valencianos le cuestan más a Sanidad que la población inmigrante

«Es falso y carece de fundamento que la inmigración sea un factor de riesgo en la salud pública». Esta aseveración tan rotunda de los consellers de Sanidad, Manuel Cervera, e Inmigración, Rafael Blasco, se basa en un estudio que define como jóvenes y con buena salud a los inmigrantes de la Comunitat.

De hecho, el estudio apunta que la primera causa de consulta en el médico de cabecera entre este colectivo es el resfriado común (igual que en el resto de la población), y la supervisión de bebés, y en especializada son los partos. La franja de edad más numerosa es la de 15 a 34 años, señala.

En cambio, los ancianos autóctonos son los que más gastan en medicinas, y los que más acuden a los galenos, ya que tienen más enfermedades crónicas. De este modo, los jubilados europeos que vienen a vivir a la costa alicantina generan más gasto, y algunos «tienen doble residencia y aprovechan el tiempo que pasan aquí para operarse de cadera, por ejemplo», explica el titular de Sanidad.

Además, los inmigrantes piden antes atención de trabajadores sociales que de tipo médico, dice el informe.

Los últimos datos de diciembre de 2007 cifran en 919.207 los extranjeros que tienen la tarjeta sanitaria valenciana, el 18% de la población total de la autonomía.

‘Boom’ de autónomos en Valencia

El número de extranjeros que se inscribieron en 2007 como autónomos en la provincia de Valencia se ha disparado un 70% respecto al año anterior, al pasar de 7.709 a 13.135 trabajadores, según datos de la Seguridad Social.

De ellos, la mayoría se dedica a la construcción, un sector en el que abundan las subcontratas y en el que muchos empleados se ven forzados a adoptar este tipo de régimen laboral para ser contratados. Al mismo tiempo, el número de empleadas de hogar disminuyó un 35%, ya que muchas de estas mujeres foráneas han pasado al régimen general porque cobran más o por encontrar otro empleo.

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