Relajante y emocional

Tailandia. Los masajistas tailandeses ahuyentan el estrés utilizando todo su cuerpo y, en ocasiones, aceites y colchones especiales.

Los masajistas de Tailandia no sólo masajean con las manos. Utilizan todo su cuerpo. Por ejemplo, puede que utilicen sus pies sobre la espalda del cliente, o sus rodillas o sus codos.

Ese tipo de masajes está ya en Madrid, donde existen centros especializados de masaje tailandés como el Fusiom. Allí todos los masajistas son asiáticos y están supervisados por la escuela del Templo PO de Bangkok, una de los más prestigiosas de Tailandia.

«Para nosotros es una técnica ancestral, muy nuestra, que se va transmitiendo de generación en generación», cuenta Suchada Gamaljito, la joven tailandesa encargada del Fusiom. La técnica consiste en presiones y estiramientos, recorriendo los canales energéticos del cuerpo humano, y los efectos son relajantes pero también emocionales.

«Cada país asiático tiene su técnica de masaje propia», explica Suchada. «Como en el shiatsu, nosotros seguimos las líneas energéticas del cuerpo, pero la forma en que se masajea es diferente. Respecto a la técnica de Occidente, también es bastante distinto. Por ejemplo, nosotros no solemos utilizar aceites, y para ellos es habitual hacerlo así.

En el centro Fusiom los clientes permanecen, normalmente, en unos colchones especialmente diseñados para hacer masajes, traídos de Tailandia. Además, según el tipo de tratamiento, también se utilizan semillas, polvos, hierbas y flores tailandesas. Se hacen masajes «sectorializados», sólo en las manos o sólo en los pies, y para quien esté muy necesitado, también hay masajes a cuatro manos. Eso sí, son el doble de caros.

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