El Ministerio Fiscal sostiene que los tres acusados, desde al menos el mes de febrero de 2016 hasta el mes de febrero de 2017, se dedicaban a realizar actividades destinadas al tráfico de drogas, adquiriendo la sustancia estupefaciente fuera de España, fundamentalmente en Holanda, procediendo a su venta y distribución en Gijón.

El primer acusado sería la persona encargada de contactar con terceros para negociar la adquisición de la droga, realizando para ello diversos desplazamientos dentro y fuera de España, valiéndose de su hijo, el segundo acusado, para la distribución y venta. El acusado tres realizaría funciones de correo, encargándose del traslado de las sustancias.

En la operación policial que derivó en la detención del padre y su hijo se intervinieron sustancias que podrían haber alcanzado el valor de 16.796 euros en el mercado. En el registro realizado al acusado tres se intervinieron sustancias por valor de 11.144 euros y una pistola detonadora modificada.

La Fiscalía considera que los hechos son constitutivos de un delito contra la salud pública, referido a sustancias que causan grave daño a la salud para los dos primeros acusados, pidiendo una pena de cinco años de cárcel. En el caso del tercer acusado, a esta pena se suman tres años más.