Técnicos de la Generalitat, investigadores del CSIC y anilladores del Institut Català d'Ornitologia (ICO) han iniciado la campaña de seguimiento y marcado de la población de gaviota corsa, que supone anillar a un millar de crías nacidas en el último mes.

Las tareas comenzaron el pasado lunes por la tarde en el Port de Barcelona y se han trasladado este martes al Port de Tarragona. Finalmente, los técnicos se desplazarán al parque natural del Delta de l'Ebre.

El equipo técnico que participa en el proceso está formado por unas 15 personas en total, entre personal de la Xarxa de Rescat de Fauna Marina de la Generalitat, los investigadores del CSIC y los anilladores del ICO.

El objetivo del anillamiento es mejorar la conservación de la especie, que continúa considerándose como amenazada a pesar del Plan de recuperación, aprobado en 2004, que ha contribuido a consolidar la población en Cataluña en los últimos años.

El anillamiento se efectúa en grupos de entre cuatro y cinco personas, que buscan y seleccionan a los animales a los que anillan. Concretamente, se les colocan dos anillas: una de plástico blanca con letras negras (de acuerdo con una codificación aceptada internacionalmente que permite identificar a distancia al ejemplar) y otra metálica, que funciona como su documento de identidad, con toda la información de la procedencia o la responsabilidad de su gestión.

Cataluña es, después del País Valenciano, el territorio que más población de gaviotas corsas acoge: durante 2018 se han contabilizado 3.754 parejas, 217 más que en 2017. En 2016, no obstante, la población llegó a las 3.912 parejas y las 3.853 en 2015. A pesar de ello, según el Departament de Territori i Sostenibilitat, las gaviotas cambian cada tanto de lugar de cría y existen intercambios poblacionales con el País Valencià y las Baleares.

En este sentido, consideran importante poderlas anillar para controlarlas a distancia y seguir sus movimientos, evaluando la calidad ambiental de los diferentes lugares de cría y la selección que hacen.