Según el Ministerio Fiscal, el 28 de julio de 2017, la acusada se encontraba en el festival cuando un agente de la Guardia Civil le pidió su identificación por su actitud nerviosa. El agente le ocupó una bolsa que portaba en la zona del sujetador, así como otra bolsa con tres más en su interior, todas ellas con sustancias estupefacientes valoradas en su totalidad en más de 570 euros.
La Fiscalía considera que los hechos son constitutivos de un delito contra la salud pública, en forma de sustancias que causan grave daño a la salud y que no lo ocasionan.
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