A diferencia de otros aparatos, las prestaciones del equipo dependen de las condiciones del lugar en que se ubique. Es necesario permitir la circulación del aire por la parte trasera del equipo y alejarlo de focos de calor y de la radiación solar directa.
El hielo y la escarcha son aislantes y dificultan el enfriamiento en el interior del frigorífico. Existen modelos, los llamados no frost o sin escarcha, que tienen una circulación de aire continua en el interior que evita la formación de hielo y escarcha.

 

 

-Compre aparatos con etiquetado energético de clase A. Ahorrará energía y dinero (ver la tabla inferior).

 

-No compre un equipo más grande que el que en realidad necesita.

 

-Coloque el frigorífico en un lugar fresco y ventilado, alejado de posibles fuentes de calor: radiadores, hornos...

 

-Limpie al menos una vez al año la parte trasera.

 

-Descongele antes de que la capa de hielo alcance los tres milímetros de espesor. Ahorrará hasta un 30%.

 

-Compruebe que las gomas de las puertas están en buenas condiciones y hacen un buen cierre para evitar pérdidas de frío.

 

-No introduzca nunca alimentos calientes; si los deja enfriar fuera, ahorrará mucha energía.

 

-Cuando saque un alimento del congelador para consumirlo al día siguiente, descongélelo en el compartimento de refrigerados en vez de en el exterior. De este modo tendrá ganancias gratuitas de frío.

 

-Ajuste el termostato para mantener una temperatura de seis grados en el compartimento de refrigeración y de 18 bajo cero en el de congelación.

 

-Abra la puerta lo menos posible y ciérrela rápidamente. Evitará un gasto completamente inútil de energía. 

 

 

En la cocina: el lavavajillas.

 

Con la colaboración del Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE): 914 564 900. www.idae.es