Salvado un problema de existencias que ha llevado a la empresa fabricante de este 'flash de glucosa' a construir otra planta para poder satisfacer la mayor demanda de sensores, Javier García se ha mostrado confiado en que los dispositivos lleguen ya a los centros de salud de Castilla y León de forma gratuita ya que, según ha recordado, este sistema permite reducir los frecuentes pinchazos en los dedos y ayuda a mejorar la monitorización de los controles para dar una mayor seguridad a los enfermos tipo 1.

"Es una ayuda importante para los niños, para sus familias y para su entorno", ha asegurado Javier García, que ha insistido en la importancia de poder disponer de esos medidores de glucosa ya que "facilitarán mucho" la calidad de vida de los enfermos en ámbitos como los colegios.

El presidente de Adiva se ha mostrado convencido de que la mayor parte de los niños diabéticos registrados en Valladolid podrán cumplir los requisitos fijados por Sacyl para poder acceder de manera gratuita a estos medidores continuos de glucosa y que pasan por tener entre 4 y 17 años, realizar entre 5 y 6 controles de glucemia diarios y arrojar niveles de hemoglobina glicosilada, que mide el promedio de glucosa o azúcar en la sangre durante los últimos tres meses, por debajo del 7,5% con carácter general y por encima en casos como enfermedad inestable e hipoglucemias frecuentes y/o inadvertidas.

Otros de los objetivos fijados por Sacyl para acceder a los medidores de glucosa de forma gratuita son la asistencia regular a las consultas y contar con una educación diabetológica "suficiente" para interpretar.

No obstante, también se han establecido criterios para la retirada de estos medidores gratuitos como no acudir a las revisiones, un tiempo de utilización inferior al 80 por ciento del día o realizar menos de seis escaneos diarios, alteración del beneficio/riesgo, incumplimiento del protocolo y una reacción adversa.

Según ha recordado, la falta de financiación pública de estos medidores que sí existía en otras comunidades autónomas ha obligado a las familias de Castilla y León a sufragar el coste de los sensores que asciende a 120 euros mensuales a los que hay que añadir otros 60 por la adquisición del dispositivo. A esto se han sumado los cerca de seis meses de dificultades en los envíos a los que han tenido que hacer frente por falta de stock.

García ha rememorado al respecto la demanda histórica de las asociaciones de diabéticos de Castilla y León que ha sido una de las últimas comunidades en sumarse a la financiación de estos medidores continuos de glucosa, en principio ahora para los menores de edad.

Dicho esto, ha informado de que Sacyl está estudiando ya otros sistemas más avanzados de otros laboratorios para su posible inclusión en la cartera de servicios de salud con mayor beneficio para los enfermos con bomba de insulina, como Medtronic que ayuda a evitar uno de los mayores problemas, el riesgo de hipoglucemias por la noche. Según ha explicado, se trata de otra de las demandas tanto de Adiva como de los pediatras que tendría que ser realidad "por pura lógica".