De esta forma se da luz verde a la instalación de bolardos en las calles peatonales del casco histórico de la ciudad, pese a las numerosas críticas que ha suscitado, sobre todo por parte de los comerciantes de la zona. La nueva norma nace, según el Ayuntamiento, con la idea de restringir el acceso de vehículos y proteger la zona histórica avilesina.

El concejal de Medio Ambiente, José Alfredo Iñarrea, señaló que es normal que este tipo de medidas generen algunas desconfianzas en un principio.

El sistema de bolardos ya existe en ciudades como León, por ejemplo, donde «al principio la gente tuvo dudas, aunque ahora lo agradecen», aseguró.

Por otra parte, se aprobó de manera provisional la modificación del Plan General de Ordenación Urbana que permite llevar a cabo la recogida neumática de residuos. Se instalarán unos contenedores semejantes a un buzón de correos, bajo los que habrá un gran contenedor subterráneo. Los residuos circularán desde allí hasta las centrales de Cogersa por medio de un sistema de absorción.