En las obras se han invertido 11,6 millones de euros. El Archivo de Simancas volvió ayer a mostrar todo su esplendor tras diez años de obras que han conseguido ampliar las instalaciones al trabajo de más investigadores y conservar mejor los documentos de gran valor que se hayan en su interior.
El centro, definido por el ministro de Cultura, César Antonio Molina, como «fósil viviente que hay que leer», custodia el testamento de Isabel la Católica y la Sentencia de Medina del Campo entre otros textos que suman 75.000 legajos, más de 14 kilómetros de estantería, informó Efe.
Con su ampliación y mejora, el Archivo de Simancas luchará por ser proclamado Patrimonio Europeo, un título que ya tiene el de la Corona de Aragón, aseguró el ministro.
Entre otros cambios, el centro cuenta con un edificio anexo en el que se trabajará para difundirlo y promocionarlo y salas para desarrollar diferentes manifestaciones artísticas. Sus fondos pueden ser consultados por cualquier ciudadano con el único requisito de presentar el DNI.
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