Según ha detallado en un comunicado el centro universitario, se trata de nanotubos de titanio que permiten detectar trazas de contaminantes no degradados procedentes de aguas depuradas que se derraman al mar.
El estudio sostiene que a pesar de los tratamientos de aguas residuales en las depuradoras, algunas sustancias contaminantes no se degradan completamente en los procesos de depuración y sus trazas llegan al mar.
Se trata de productos con parabenos y el triclosan como los jabones y productos cosméticos de uso diario (desodorantes o pasta dentífrica, entre otros), y pueden causar efectos tóxicos en el medioambiente.
Para detectarlo, el equipo de investigadores ha desarrollado un nuevo sistema miniaturizado y automatizado, denominado Lab-on-Valve. Este se basa en una plataforma miniaturizada que permite la introducción de nanomateriales de carbono poroso como fase extractiva para la separación y posterior cuantificación de niveles bajos de parabenos y triclosan.
Estos nanotubos son manipulables de manera completamente automatizada, sin intervención humana, y presentan mejor eficacia que otros materiales absorbentes comerciales para los contaminantes objeto de estudio.
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