Ocurre en pocas ocasiones, pero de cuando en cuando el minucioso trabajo de un artista pequeño se cuela en las listas de los más vendidos. Es el caso de La Casa Azul con su segundo álbum, La revolución sexual, que en su primera semana en los mercados ha llegado al número 25 de la lista de éxitos.

Detrás de estas canciones rosa chicle se esconde la misma persona: el compositor Guille Milkyway. En su terreno es un rey de las ventas, aunque muchos le califican de ñoño por pasarse un poco con el azúcar en sus letras. El segundo asalto de La Casa Azul llega para remover las pistas pop.

El fenómeno Amo a Laura auguraba un futuro de éxitos a Guille Milkyway, que tuvo que tomarse un descanso para preparar este disco. ¿El resultado? Una nueva colección de píldoras pop donde la felicidad, las letras ácidas y sinceras y el afán de reunir un sinfín de pequeños sonidos sigue presente.

Vuelven los estribillos ultrapegadizos para reventar la pista de baile, cada vez más robóticos (el comienzo del álbum es de videojuego) en temazos como La revolución sexual, Chicos malos o Mucho más de lo normal.