Las panificadoras de Ceuta temen desde hace tiempo por su futuro. Hace unos meses demandaron a las autoridades competentes que controlaran la entrada de pan de Marruecos en la ciudad y su venta ambulante y a pesar de que se tomaron medidas no fueron suficientes.

El pan del país vecino continúa siendo una competencia desleal, la subida del precio de las materias primas encarecen el producto y la competencia de las grandes empresas de la península hacen muy difícil la continuidad de las panificadoras locales.

Hasta el punto de que la última quincena de diciembre cerró una de las empresas locales después de 25 años de actividad y la segunda dirá adiós en los próximos días.

Ni las ayudas del Ejecutivo local para la remodelación de las panificadoras y la compra de maquinaria han sido suficientes para que el sector retome el vuelo.

Ahora, los empresarios que todavía luchan por sacar al sector de la quiebra se preguntan cuál será su situación cuando finalice el año.

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