Las lágrimas de Hillary dan un giro a la campaña...

La senadora por Nueva York venció el pasado martes a Barack Obama en las primarias demócratas de New Hampshire contra todos los pronósticos.
Hillary Clinton, después de su victoria en New Hampshire. (Reuters)
Hillary Clinton, después de su victoria en New Hampshire. (Reuters)
Hillary Clinton, después de su victoria en New Hampshire. (Reuters)

Las encuestas realizadas en New Hampshire durante el fin de semana daban a Barack Obama como vencedor de las primarias dentro del Partido Demócrata, pero Hillary Clinton cambió su estrategia de campaña y ganó contra todo pronóstico.

Los primeros análisis indican que el giro en los resultados pudo estar motivado por las lágrimas que la senadora dejó escapar al afirmar que esta campaña es algo «muy personal» para ella, con lo que mostró una imagen muy diferente de la que había presentado hasta el momento. Clinton dejó a un lado su apariencia fría para enseñar su cara más emotiva durante una reunión con mujeres en Portsmouth, al reconocer que la campaña no iba como esperaba.

Otro factor que pudo haber facilitado la victoria en New Hampshire a la esposa de Bill Clinton es el poder del voto de los independientes, que es cambiante.

Próximos encuentros

Los analistas coinciden en que para ganar en los estados más importantes –California, Nueva York y Nueva Jersey votarán el 5 de febrero–, la senadora debe sumar más  victorias, por lo que es fundamental el resultado de las primarias de Michigan, que se celebran el día 15, los caucuses de Nevada (el 19 de enero) y, sobre todo, las primarias de Carolina del Sur, que tendrán lugar el 26 de enero y que tienen una gran repercusión al ser las primeras de los estados del sur.

En el Partido Republicano, el senador y ex militar John McCain remontó y se hizo con la victoria en New Hampshire, tras haber quedado en tercer lugar en los caucuses de Iowa.

... y Bush se embarca en su primera visita a Israel

Se reunirá con Abás e irá a Kuwait, Egipto, Arabia Saudí... Rodeado de espectaculares medidas de seguridad, George W. Bush aterrizó ayer en el aeropuerto de Tel Aviv, donde fue recibido por el primer ministro de Israel, Ehud Olmert, y el presidente del país, Simon Peres.

El presidente de EE UU inicia, en los últimos meses de su mandato tras siete años en la Casa Blanca, su primera visita a Israel. Lo hace con el objetivo de buscar «una nueva oportunidad para la paz», según sus palabras.

Bush dedicó la jornada de ayer a tratar con los mandatarios israelíes los temas que conciernen a ambos. La alianza entre EE UU e Israel, que Olmert calificó de «indestructible», se traduce en una preocupación mutua por la crisis en las relaciones con Irán, país al que ambos consideran una amenaza para la estabilidad de la zona.

Hoy, Bush se reunirá con el presidente de la Autoridad Nacional Palestina, Mahmud Abás, que ha acordado con Olmert reanudar el debate sobre los asuntos más espinosos del conflicto, como el estatus de Jerusalén, las fronteras y asentamientos israelíes y la situación de los refugiados palestinos.

El conflicto no ha mejorado desde la conferencia de paz de Annapolis (EE UU), que reunió el pasado mes de noviembre a Abás y Olmert bajo el auspicio de Bush. La cita no arrojó los resultados esperados y se cerró con un compromiso, el de la creación de un Estado palestino antes del final de este 2008, que muchos recibieron con escepticismo. A su vez, el aislamiento de Gaza no ha conseguido debilitar a Hamás, vencedor de las últimas elecciones palestinas, y las incursiones israelíes en territorio palestino han continuado sumando víctimas a un conflicto que parece no tener fin.

El viernes, Bush viajará a Kuwait, y de ahí a Bahrein, los Emiratos Árabes, Arabia Saudí y Egipto. Con la segunda parte de su gira, tratará de garantizar a sus aliados que EE UU quiere mantener su seguridad. Sin embargo, su visita ha sido interpretada como un intento de reforzar los lazos con esos países para aislar a Irán.

D.C.

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