En Fuenlabrada. Un vigilante de seguridad se encarga, desde el pasado 17 de diciembre, de la seguridad del antiguo cementerio de Fuenlabrada. El motivo de su presencia es que varios vecinos  que tienen familiares enterrados allí denunciaron hace unos meses desperfectos y pequeños robos.

Con esta medida, el Ayuntamiento de la localidad pretende evitar que actúen los gamberros en la zona y garantizar el mantenimiento de las tumbas y nichos del camposanto, que dejó de acoger nuevas tumbas a finales de año, cuando entró en funcionamiento el nuevo cementerio.

Los hurtos se limitaron  a  algunos ramos de flores y macetas y no llegaron a producirse actos vandálicos ni profanaciones.