Según ha explicado en un comunicado el Instituto Armado este miércoles, debido a la aparición de estos vertidos, el Seprona comenzó sus investigaciones con el fin de identificar a las personas que habían arrojado los escombros al mar.

Tras sacar muestras de los diferentes puntos de vertidos, sumergidos aproximadamente a un metro y medio de profundidad, llevaron a cabo una inspección de las obras que se estaban realizando en la urbanización próxima donde se arrojaron los desechos.

De este modo, localizaron unas sacas de escombros que se encontraban en la vía pública de la urbanización Na Macaret y se pudo cotejar que los escombros vertidos al mar provenían de los generados en esa obra.

Los empleados de la constructora utilizaban una carretilla para ir arrojando los residuos de escombros de demolición de obra al mar, a través de los pantalanes existentes en Cala Molí.

La constructora menorquina y los empleados identificados han sido puestos en conocimiento de la Dirección General de Sostenibilidad de la Costa y del Mar del Ministerio de Agricultura, Pesca, Alimentación y Medio Ambiente que evaluará los daños causados en consecuencia al vertido, puesto que se encuentra en dominio público.