Valencia y las tracas ganan la batalla a los estorninos

Llegó a haber un millón de ejemplares en 1990 en Marqués del Turia y el Parterre, y este año sólo hay 70.000. Los petardos, la poda de árboles y el clima, principales causas.
«Recuerdo como hace años había que cruzar la Gran Vía con paraguas para que los excrementos de los estorninos no te mancharan. Sin embargo, ahora parece que hayan desaparecido».Así explica un matrimonio de ancianos residentes en la Gran Vía Marqués del Turia cómo estas aves migratorias han pasado de considerarse un auténtico problema, cuando en el año 1990 se alcanzó un pico de ejemplares cercano al millón a, casi por arte de magia, pasar desapercibidas y ser unas más de las diferentes especies que habitan la ciudad. Tanto es así, que este año han llegado tan sólo 70.000 ejemplares.

Sin embargo, el logro tiene poco de sobrenatural. Según han explicado fuentes de la Concejalía de Sanidad, las causas de este elevado descenso pueden ser varias: «por un lado, nuestras actuaciones que se basan en dispersarlas con tracas para que no se encuentren cómodas y se busquen otros sitios donde dormir, ya que estas aves vienen del centro de Europa entre noviembre y febrero exclusivamente a pasar el invierno».

Además, otra de sus acciones se centra en «la poda  o el cambio de árboles allí donde se acumulan y causen molestias. Buscan árboles altos y frondosos», comentan.

El Ayuntamiento lleva desde 1990 tirando tracas para ahuyentarlos y, según los técnicos, al guiarse por la conducta aprendida, no vuelven a instalarse donde están incómodos. Así, cuando antes su principal zona dormidero era la Gran Vía Marqués del Turia y el Parterre, ahora se concentran «en Alameda, Viveros, jardín de Ayora y Camelias y en la calle Industria». Este año, los disparos comenzarán la semana que viene.

Otro factor que puede determinar la cantidad de ejemplares es el clima de sus países de origen: «si allí el invierno no es demasiado frío, no se molestan en venir hasta aquí».

los vecinos de la Gran Vía opinan

Francisco Asensio. Portero, 46 años.

«Llevo aquí más de ocho años y parece que hay muchos menos que antes, sobre todo se ha notado desde hace un par de años. Aún así, seguro que hay más de 10.000 en los ficus. Los coches que aparcan en la mediana se quedan llenos de excrementos».

María Ángeles García. 49 años, administrativa.

«Yo soy vecina y la verdad es que el ruido que generan es muy molesto. Es verdad que hace unos años que ya no se les oye tanto. Aún así, cuando cruzas hay que ir con cuidado para que no te caiga un excremento, aunque a mí nunca me ha pasado».

Vicente Vivó. 45 años, creativo publicitario.

«En los siete años que llevo trabajando aquí, la verdad es que éste es el año que menos se les oye; yo diría que casi han desaparecido. Antes se les oía mucho y era muy molesto. A mí me han llegado a manchar un par de veces con sus excrementos».

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