Según han informado fuentes policiales, con estas detenciones se pone fin a una investigación iniciada por la Brigada de Policía Judicial en junio de 2017 y que se ha visto dificultada por el fallecimientos
de las víctimas, en algunas ocasiones, o por su estado físico o mental.
Esta situación, unida a que los hurtos se cometían de modo esporádico y distanciados en el tiempo, obligó a que los agentes tuvieran que remontarse en sus indagaciones a hechos ocurridos desde el año 2014, así como a contactar con familiares de los ancianos para poder determinar la propiedad de las joyas sustraídas y entregarlas a sus propietarios.
Según ha explicado la Policía, los hurtos se cometían abusando de la confianza de los ancianos, Todos ellos de edad avanzada y que vivían solos, y en algunos casos con sus condiciones psicofísicas disminuidas debido a su edad o por enfermedad.
Las investigaciones resultaron muy laboriosas y en ocasiones se vieron dificultadas por el fallecimiento de las víctimas o por haber entrado éstas en estados de demencia senil en otros, no llegando a denunciarse los hechos en algunos casos.
Pero finalmente, se ha podido imputar la comisión de los hurtos a las cuatro mujeres, que fueron detenidas en diferentes días del pasado mes de enero. Todas eran empleadas de empresas prestadoras de servicios de asistencia domiciliaria a personas de edad avanzada cometieron los hurtos cuando desempeñaban su trabajo.
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