La nueva biblioteca Montserrat Abelló de Les Corts abrirá sus puertas el próximo viernes 26 de enero por la tarde después de siete años de trasformación de una antigua fábrica textil a este nuevo equipamiento. El edificio dispone de 3.300m2 y esta dividido en varios espacios voluntariamente abiertos de manera que todos comuniquen entre ellos para "crear un lugar homogéneo", ha explicado el arquitecto responsable de su tansformación, Ricard Mercadé.

El lugar de estudio tiene la cualificación energetica BREEAM de sostenibilidad que corresponde a un código internacional ecológico, conviertiendo así mismo la biblioteca en el "edificio público más sostenible de la ciudad", según Neus Montserrat, su directora. Los materiales utilizados para el mobiliario son el hierro negro, que recuerda la esencia industrial del lugar, y la madera de pino para "dar un toque más cálido a lo que tiene que ser considerado cómo un hogar más que cómo una biblioteca", ha declarado Aurora Fernández, segunda arquitecta del proyecto.

El Ayuntamiento de Barcelona ha querido que la biblioteca sea muy atractiva y que no solo sea reducida a un espacio de estudio. En este sentido, la directora ha explicado que “la biblioteca ya no es un espacio de silencio. Es un espacio de convivencia. La idea es que se hagan actividades”. Para lograrlo, los arquitectos han decidido establecer rincones irregulares, espacios más informales que los de una biblioteca tradicional con mesa y silla. Efectivamente, el edificio dispone de una gran variedad de mobiliario: sofás, sillones, butacas, pufs, sillas de diseño etc. que hacen la singularidad del sitio.

Sin embargo, la antigua fábrica de tejidos Benet Campabadal construida en 1924 sigue formando parte de la biblioteca. Los arquitectos quisieron conservar el techo en forma de zig-zag por temas de autenticidad e incluir en el edificio varias fotografías de la fábrica en su epoca con el tema de la memoria histórica. La modificación principal realizada en el edificio ha consistido en tirar abajo todas las paredes que cerraban el espacio: "por muy grande que era, podía provocar claustrofobia” señalaron los arquitectos antes de concluir que "la idea era configurar la nave de manera que nada quede desvinculado al resto".

El último aspecto importante del nuevo espacio público reside en su principal centro de interés: la "cultura maker" o "hazlo tu mismo (DIY)". Se trata de una subcultura contemporanea que corresponde a la idea de que cada uno puede hacer lo suyo por él mismo, sin necesidad de un especialista.