En el registro se encontraron miles de piezas, mayoritariamente paleontológicas, ubicadas en estanterías metálicas, cajas de plásticos y álbumes donde los expoliadores almacenaban el material usurpado para su posterior venta en diferentes páginas web.
La investigación ha determinado que los presuntos expoliadores, dos hermanos de 29 y 35 años detenidos en agosto del 2017, habrían usurpado en los últimos años yacimientos arqueológicos y paleontológicos declarados Bienes Culturales de Interés Nacional valiéndose de su formación académica, una circunstancia que les habría permitido participar en diferentes excavaciones arqueológicas y conocer así aquel material susceptible de ser sustraído.
Los bienes expoliados proceden de 168 yacimientos arqueológicos y 32 paleontológicos que se concentran en el Pirineo de Lleida y en las comarcas de Osona (Barcelona), la Garrotxa, el Ripollès y el Empordà (Girona), además de diversas áreas de la demarcación de Barcelona y Tarragona.
En declaraciones a Europa Press, el sargento José González de la Unidad Central de Patrimonio Histórico ha explicado que los detenidos ofrecían en diferentes webs de compraventa tanto material ya usurpado como "restos que no disponían pero que podrían conseguir".
La totalidad del material ha conseguido ser incautado tras el registro y la recuperación de los restos que ya habían sido vendido a diferentes compradores, un conjunto de restos que, según el sargento, "posiblemente se ubique en diferentes museos".
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